Mi primera vez por Sergio Jesús Perdomo

24.05.2021

Dicen que las primeras veces son las mejores y las que nunca se olvidan, y no, no mienten, y es que este sábado, veintidós de Mayo, fue la primera vez que tuve el placer de poder escuchar a Agoney en directo y ha sido una montaña rusa de emociones que es casi imposible de describir.

Y aunque parezca extraño e inverosímil que esta fuese mi primera vez después de 3 años siguiéndole, si así ha sido, y es que desde que su voz me cautivará el alma por aquellos finales de 2017, por una causa o por otra nunca se me había dado la oportunidad de poder disfrutar de su voz en directo, sin ser detrás de una pantalla de televisión o de un móvil. Porque disfrutar y tener pasión por la cultura, y poder vivir y participar en ella, es lo que tiene que o te toca ensayar cuando le toca a él actuar o te toca actuar el mismo día que a él. Pero vamos los que vivimos en los mundos escénicos es lo que nos toca, y no nos quejamos, porque siempre tendremos esa oportunidad de disfrutar desde el patio de butacas.

Pero este año, después de un año de altos y bajos, de tropiezos, de carreras constante a contracorriente para la cultura, aun siendo lo más seguro que ahí, me ha dado tiempo para pararme y dejarme disfrutar, no desde arriba del escenario, sino desde abajo, desde un patio de butacas, el patio de butacas de un teatro, del teatro Nuevo Alcalá de Madrid, Madrid, ciudad donde por primera vez, en estos tres años, puede disfrutar de Agoney en directo. Aunque en realidad mi primera vez debería a ver sido el 12 de marzo, pero las restricciones, en su momento, me lo impidieron, pero para este 22 de mayo, por suerte, no me lo han impedido y he podido disfrutar de un concierto tan íntimo y personal que uno no podía ni pensar que estaba sucediendo en ese momento y encima vivir esto rodeado de buenos amigos han hecho que esta primera vez sea inmejorable y una experiencia que nunca se me olvidará.

Sin duda Agoney es una fiera sobre el escenario, y no lo digo por decir, y es que desde que sonaran esos primeros acordes, de volver a ser, tan suaves y acompañados por esa delicadeza de voz que te envolvían y te abrazaban el corazón y el alma, haciéndote evadir de nuestras realidades y empezar a vivir su "realidad, la única verdad" y durante más de hora y media fue así. El comienzo del concierto fue sublime, espectacular, pero lo que se venía después iba a ser una maravilla escénica, de la que no éramos conscientes de ello y de la que nadie se esperaba.

Después de Volver a ser vino libertad, que ya no era solo un minuto veinte, ya que sin darnos cuentas y cautivándonos con su voz, nos estuvo hablando al oído casi tres minutos con libertad, dando paso a su verdad más absoluta, desnudándose y abriéndose en canal delante de nosotros.

Pasamos por Como la flor, y aunque no fuera una canción escrita por él mismo, si era una canción suya, ya que como nos contó, antes de empezar a cantarla, era una canción

de su infancia y que le marco. E igual que a él le marco siendo aquel niño de ayer, a mí también me marcó ese día. Y aunque en mi casa también sonaba, y sigue sonando, esta canción, no pude evitar llorar cuando se puso a cantar esta maravillosa versión de la canción. Una versión tan suave, tan delicada, tan tierna, que te envolvía el alma y te estremecías de la emoción en tu asiento haciéndote lo más pequeño y vulnerable que podía existir en el mundo en ese momento.

Después de la llorera se vino Je suis venu te dire que je m'en vais, otra canción que hizo suya y nos hizo sumergirnos, literalmente, porque si por un segundo apartábamos la mirada del escenario y nos fijamos en el techo del teatro que teníamos sobre nuestras cabezas, Agoney nos cautivaba con un espectáculo auditivo y visual creado con la iluminación del escenario que emulaba estar debajo del océano, y nos dejaba bajo el reflejo del sol con el agua durante toda la canción.

Y de las profundidades del océano, emergimos junto Agoney por todo lo alto, llegando en este momento a soy fuego, empoderamos junto a él y dándonos ese subidón de energía. Con esta canción nos hizo vibrar y tener la sensación de estar de pie saltando y dándolo todo, incluso estando sentados. Seguimos con Perficcion, Believe, SOS d'un terrien en détresse, tres canciones sublimes y que nos pusieron los pelos de punta y haciéndonos sentir un sinfín de emociones que iban desde lo más alto a lo más bajo, de lo más bajo a lo más alto, repitiendo este bucle sin parar.

Llegamos al momento Eurovisivo de la noche, y Agoney nos empieza a cantar la canción ganadora del festival de 2014, ese Rise like a Phoenix de Conchita Wurst. Lo estaba haciendo de 10, como si se tratase de la propia actuación de conchita en directo en ese escenario de Copenhague en aquel año de 2014 y de pronto lo corta y le dedica unas palabras de apoyo a su amigo, a Blas Cantó, nuestro representante de este año. Y seguidamente nos deleita con un fragmento de Voy a quedarme en homenaje a Blas.

Agoney abandona en este momento el escenario, para hacer un cambio de vestuario. Mientras tanto, la magia que habíamos vivido hasta ahora no se desvanece y sigue presente de la mano de ese gran pianista que acompañaba a Agoney sobre el escenario. Si ese gran Garci que nos maravillaba y nos cautivaba con solo un piano y esos magníficos acordes de Eloise.

Regresa Agoney por todo lo alto, empoderado, pisando fuerte, porque la canción que se venía ahora no era para menos. Al instante, empieza a sonar esos acordes de Edén, y nos cautiva, nos venimos arriba y él también. Y una vez más lo da todo, brillando sobre el escenario, impregnado en las paredes de ese Teatro nuevo Alcalá, la esencia y el mensaje de la canción. En el silencio de esa última soledad, se arranca, una vez más, ese aplauso del público, poniéndose todo el patio de butacas en pie, alargando esos aplausos por unos cinco minutos.

Y los aplausos empiezan a cesar, y la gente empieza a retomar sus asientos, y Agoney empieza a despertar de su magia reflejada en nosotros, y empieza a hablar, y lo hace para contarnos algo de la canción que a continuación iba a cantar. Canción que tampoco

era suya, pero como si lo fuera, porque nos contó que esta canción era la que su madre siempre escuchaba y le cantaba cuando era tan solo un niño. Y que, a día de hoy, cuando cerraba los ojos y se ponía a cantar, en su casa, esa Gata bajo la lluvia, se daba cuenta que la cantaba emulando a su madre. Esas palabras se incrustan en mi corazón y empiezan a brotar de mi interior unas lágrimas que irían a más. Es por ello, que esa canción, en ese momento, iba dedicada a ella, a su madre. Empieza a cantar, y Agoney se volvía chiquito y delicado y nos deleitaba con una canción sublime y muy íntima.

Y una vez más llegaba la llorera, no pudiendo evitar, que uno cerrase los ojos mientras las lágrimas brotaban entre mis párpados, y metiéndome en la piel del propio Agoney, hasta tal punto que vivía en primera persona ese momento de su infancia del que nos habló al principio de esa canción.

Después de despertar de esa atmósfera de intimidad, volvemos a lo más alto, haciéndolo con un magnifico y perfecto direto de Black. Haciéndonos vibrar una vez más desde nuestras butacas. Y se viene más arriba, y se quita la americana, y lo hace para dejar un mensaje. Un mensaje alto y claro. Un mensaje de superación, un mensaje de apoyo y de reivindicación al colectivo. Y lo hace con un trozo de ese I Will survive que no la acaba, porque en seguida sin darte cuenta los acordes se concierten en los de Quizás.

Y sigue con quizás, animando una vez más al público, dándolo todo y disfrutando sobre el escenario de una canción maravillosa y que, aun teniendo 3 años de vida, sigue siendo fresca y rompedora. Y con ese quizás, llegamos al final del concierto, levantando una vez más al público de sus asientos pidiendo más y más. Es cuando Agoney también se viene arriba y nos vacila, contestándonos que cual más quería que cantase.

Finalizado el vacile, el concierto no acaba y empieza a cantar una canción más, pero no lo hace con más sino con I Will always love you, que la une, ahora sí, con más. Clavando la canción y haciéndonos disfrutar de ella, tanto disfrutamos que al finalizar nos volvemos a levantar y aplaudir esta actuación. Agoney se empieza a despedir y diciendo que esto se acaba, nosotros le contestamos que esto no se acaba y el replicándonos que sí.

Así aguantamos unos segundos, convenciendo a Agoney a cantar una más, la cual sería una canción del disco que aún no había cantado en directo. Si llego el momento de cantar ese Ángel caído. Empieza a sonar esos acordes de las manos de Garci. Agoney se transforma y el ambiente se vuelve en un espectáculo puro y duro, de un Agoney totalmente transformado, provocador y sensual. Se deja llevar por la letra y disfrutando de ella, acaba en el suelo dándolo todo. Y los acordes cesan. Agoney despierta de su propio mundo, y se vuelve a transformar y a ser consciente de la bestialidad que acaba de realizar. Nos levantamos, y nos mantenemos de pie, aplaudiendo sin parar.

Agoney agradecido se despide de nosotros, dando las gracias a todos esas personas que han hecho posible ese gran concierto con el que nos deleitaba. Yéndose entre aplausos. Nosotros nos mantuvimos ahí de pie mientras aplaudíamos y asimilábamos lo que acabamos de vivir. Quedándonos con ganas de retroceder el reloj y volver a esas 21:00h

del día 22 de mayo. Para poder revivir Mi primera vez, mi primera vez que disfrutaba de un concierto de Agoney en directo, que no habría podido ser más perfecto. Rodeado de mi familia escogida, que desde el minuto uno desde que nos conocimos y nos viéramos por primera vez ese sábado, fue como si les conociera de toda la vida y fuesen mis amigos de toda la vida.

A ellos, y Agoney, les dedico estas últimas palabras de agradecimiento de lo que ha sido para mí la primera experiencia de vivir un concierto de Agoney. Muchas gracias a todos ustedes por acogerme en sus vidas y dejarme compartir sus vidas juntos y disfrutar de estos momentos vividos el fin de semana, que pronto espero podamos revivir todos juntos, una vez más apoyando a nuestro Canario de voz de oro, a Agoney.

© 2020 Club de Fans Oficial de Agoney Hernández, Soñando Despiertos
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar