De viaje con Agoney Por Mari Peris

29.03.2021

"Libertad: Un viaje íntimo". Así se presentaba el primer concierto en directo de Agoney con su disco Libertad. Lo que no sabíamos, es que nosotros íbamos a ser tan protagonistas como él de su propio viaje.

Porque Agoney consigue llevarte con él a visitar sus miedos más profundos, sus emociones más escondidas, consigue que las vivas junto a él y te lleva de lo más grande a lo más pequeño, de un grito de desolación a otro de victoria por la libertad... En definitiva, te lleva por una montaña rusa de emociones que te deja huella pero a la vez te pasa muy rápido, con ganas de más, de mucho más.

Empiezan las notas de Volver a Ser, y desde el público se vislumbran mariposas de luces de colores, acompañando la belleza de la melodía.

En esta canción, Agoney nos lleva con él a su infancia. Nos hace recordar a los niños que fuimos ayer, a esa inocencia, a eso que todos quisiéramos volver a ser. A ese lugar seguro al que todos quisiéramos volver.

Su voz suena suave y nos acaricia los oídos mientras nos narra que quiere olvidar lo malo, lo que lo puede convertir en algo que no es. Y volvemos con él a ser niños, inocentes y puros y con miles de sueños por cumplir. La melodía nos guía por todo el proceso, y con todo ese armamento, Agoney consigue atraparnos en ese viaje mágico que estamos empezando a vivir junto a él, y del que no vamos a poder despertar hasta el final del concierto.

Llega Libertad. La canción que sirve de preludio y da nombre al disco. Esta canción es un canto de esperanza. Un canto de liberación, de encontrarse a si mismo y poder por fin ser lo que quiere ser, en plena libertad.

Cuando ya nos tiene más que ganados, empieza su versión de "Como la flor". Canción que le cantaba su madre y con la que vuelve a esos momentos de niño. Y la canta bajito, suavita, deliciosa... Te pierdes en esas notas y eres incapaz de apartar la mirada de él. Con ella consigue acariciarte el alma y llegar a lo más profundo de ti. Y entonces ya estás perdido. Estas a su merced y a partir de aquí te lleva por donde quiere. Y tú te dejas llevar, porque este viaje es una de las experiencias más maravillosas que vas a sentir. Antes sólo lo intuías, ahora estás seguro de ello.

Y llega "Je suis venu te diré que je me'n vais", canción que cantó en OT y que en esta ocasión y a modo personal, me hace sentir que nos habla directamente a nosotros. Que nos dice que hubo un momento que se quiso ir, que quiso desaparecer... Y quizá por eso, justo después, nos ofrece "Soy Fuego". En la cual nos deja claro que vuelve a resurgir, que ya no va a esconderse más, que va a pisar fuerte y va a dejar atrás toda la oscuridad que ha acumulado.

Es un Agoney empoderado, fuerte, poderoso. Que efectivamente estuvo sumido en esa oscuridad, pero ahora grita al cielo y ya no se deja doblegar.

Tras ella, empieza Perficción. En ella se abre a nosotros mostrándonos a un Agoney vulnerable al que engañaron e hirieron profundamente, pero la melodía no parece la adecuada a lo que está narrando, quizá porque está aprendiendo de esa mala experiencia, y quiere contarla desde ese ángulo, dándole así un significado más profundo si cabe.

A la canción le acompaña además autotune, cosa que él no necesita, pero en esta canción sirve para dar más fuerza a la idea de que "tanta perfección no puede ser real".

Sigue con Believe, de Cher. Quizá, y siguiendo con la línea que estamos dándole a este viaje, la canta justo aquí para enseñarnos que sí, que existe vida después del amor y del desengaño.

Y empiezan las notas de "S.O.S. d' un terrien en detresse", preciosa canción francesa capaz de emocionar a cualquiera, pero que con su voz consigue bajarnos las defensas a un nivel que sólo él puede hacerlo. Y tú te dejas, porque es imposible no dejarte guiar por su voz, por su forma de cantarla, de sentirla y de hacer que tú la sientas con él.

Aun no recuperados de lo que acabamos de vivir, nos ofrece tres de sus covers más conocidas: Run, Never Enough y Earth Song.

Agoney abandona momentáneamente el escenario, mientras Garci, que ha estado impecable acompañándole al piano, nos toca "Eloise", con la que volvemos a esa época de OT, concretamente a esa actuación que fue tan icónica. El piano consigue mantenernos en ese viaje sin salir de él hasta que Agoney vuelve a salir al escenario.

A estas alturas, ya estás completamente sumergido en este viaje tan especial, pero nada te prepara para lo que vas a vivir a continuación. Y es que llega "Edén". Con un Agoney dolido, pero sin perder la elegancia. Manteniendo el temple a pesar de lo que nos está contado: Un momento desgarrador pero del que se recompone y sabe que no volverá a ocurrir. Porque no se va a dejar manejar. Y nos lo dice mirándonos fijamente a los ojos, siendo nosotros los manejados, los inmóviles, los que no le apartamos la mirada porque ya no existe nada más que él ahí delante.

De repente, Agoney se sienta y nos deleita con "La gata bajo la lluvia" de Rocío Dúrcal. Y una vez más, nos hace vivir la canción con él. De una manera más íntima aún si cabe.

Y cuando la termina, y aún seguimos en esa atmósfera pequeñita y acogedora, nos rompe los esquemas con "Dream On" de Aerosmith. Pasamos con él de la melancolía a la euforia. De lo más bajito a lo más alto. Y lo hace así, sin avisar. Pero sin sacarnos de la atmosfera que ha creado ese viaje, el suyo y el nuestro, con el que lleva casi hora y media haciéndonos pasar por todas las emociones.

Y una vez nos tiene arriba, volvemos a bajar con la historia de "Más". La introduce con "I will Always love you" y la canta con ganas, porque él no suele dedicar canciones, pero nos ha advertido que ese día sí que lo va a hacer. Y nos hace cantar una parte con él. Y es ahí la primera vez que despertamos de ese silencio colectivo, para cantarla con él, volviendo después al mismo silencio que hemos mantenido durante casi todo el concierto, porque es lo que tiene la magia. Te hipnotiza y sólo sales de ella cuando el hipnotizador te lo pide.

Llega Black y nos vuelve a animar a cantarla con él. Y respondemos. Porque luego viene con "I will survive" y nos deja seguirla con él. Nos va "despertando" porque ya nos está preparando para el final del viaje.

Y es ahí cuando entona un "Quizás" que levanta gritos entre el público. Esta vez la versión es más pícara, con un toque más canalla de lo normal. Y la recibimos con entusiasmo, porque estamos despertando de esa magia y queremos cantarla con él. Y él con nosotros, porque sabe que es la última canción del concierto. Y quiere terminar el viaje cantando con nosotros.

Y se va. Y nos deja flipando. Porque ni nos hemos dado cuenta de que ha pasado ya hora y media. Porque aún no somos conscientes de lo que acabamos de vivir. Porque Agoney definitivamente no es de este planeta. Porque vivir uno de sus conciertos es algo que todo el mundo debería poder experimentar. Porque sea en un teatro de manera íntima o en un escenario al aire libre, siempre consigue llevarnos por esa montaña rusa de emociones. Estés preparado o no.

Pero aunque no lo estuvieras, siempre te deja con ganas de repetir.



© 2020 Club de Fans Oficial de Agoney Hernández, Soñando Despiertos
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar